
Un nuevo Foro de las Academias Gastronómicas ha tenido lugar en Navarra los pasados 18, 19 y 20 de abril. Un encuentro que se celebra de manera periódica y que reúne a representantes de las diferentes academias autonómicas, así como de la Real Academia de Gastronomía, con el objetivo de facilitar un espacio de intercambio y trabajo común.
Nuestro presidente, Luis Suárez de Lezo, lo destacaba así en el marco del evento: “Poder compartir lo que pasa en cada región y qué hace cada una de las academias me parece fundamental para impulsar la gastronomía española, porque estamos hablando de reuniones en las que participan personas con mucho conocimiento, bagaje y experiencia muy importantes”.
Señalaba también que “de esta unión de experiencias y saberes puedan surgir proyectos e iniciativas que repercutan en el propósito que todos perseguimos: reforzar y consolidar la gastronomía española su valor e importancia”.
En esta ocasión, la cocina tradicional ha sido el eje central de la cita. Concretamente la preocupación compartida por la pérdida de prácticas y costumbres vinculadas con nuestra historia y folclore. Se puso sobre la mesa una necesaria reflexión “sobre el cierre progresivo de mesones, tabernas, casas de comidas y restaurantes caseros que, durante años, han sido guardianes de nuestras recetas y platos típicos”.
Luis Suárez de Lezo aprovechó la ocasión para asegurar que la gastronomía navarra es “apetecible e interesante”. Irremediablemente asociada a las excelentes verduras de su huerta, aseguró que es un ejercicio maravilloso comprobar cómo en esta tierra convierten en protagonistas absolutos de un plato aquello que en otras gastronomías es solo un elemento complementario.
Además de intercambiar impresiones y adquirir compromisos, en el marco del Foro se celebraron algunas actividades. Entre ellas, un interesante debate donde cuatro cocineros locales con Estrella Michelin y Soles Repsol -Pilar Idoate, Koldo Rodero, David Yárnoz y Nicolás Ramírez- hablaron sobre la situación de la alta gastronomía en la Comunidad foral.
“La gastronomía navarra está en muy buen momento. Creo que nunca ha tenido tanto reconocimiento como hasta ahora”, aseguró Yárnoz, chef del restaurante Molino de Urdániz. Sin embargo, se plantearon diferentes contrapuntos.
Entre ellos, la necesidad de preservar la identidad de la región, el riesgo que supone consumo de la inmediatez de las nuevas generaciones o la falta de empuje turístico. En esta última línea Nicolás Ramírez, del restaurante Tubal de Tafalla, apuntó: “Echo en falta que Navarra sea conocida como ese sitio atractivo que te invite a venir a comer y a quedarte”.
Otro de los temas que tuvo espacio en el debate fue la educación. “La clave no está simplemente en establecer una escuela, sino en garantizar una educación integral dentro de ella. Actualmente, los más pequeños consumen comidas preparadas. Es esencial enseñarles sobre nuestros orígenes, nuestro futuro y los productos que nos identifican”, comentó Koldo Rodero, del restaurante Rodero en Pamplona.
Educación y también salud, como defendió Pilar Idoate, del restaurante Europa: “No hay que escatimar el producto ni enmascararlo, sino siempre buscar lo más fresco posible (…) una cocina saludable, hecha con mimo, cariño, al detalle y con buena presentación”.