En el Día de la Obesidad debemos recordar que nada hay más rentable para un país que invertir en educación y en salud. Y la alimentación forma parte de ambas. Educar a la población en el conocimiento de los alimentos y en la adquisición de hábitos alimentarios saludables supone aportar a las personas herramientas que les ayudarán a mantenerse sanas, a valorar la comida como un bien cultural y a ser más felices.
Aunque desde 1990 se incluyen contenidos para la promoción y educación para la Salud en el currículo escolar de la enseñanza obligatoria, siguiendo las recomendaciones de la Conferencia Europea de Educación para la Salud de la Comunidad Europea de Dublín, los datos recientes sobre obesidad infantil evidencian que todavía queda mucho por hacer y que hay que insistir en la educación alimentaria.
Y esta labor es esencial llevarla a cabo desde la infancia. La adquisición de hábitos y estilos de vida saludables es más efectiva en edades tempranas que en la edad adulta y se consiguen resultados más perdurables. Esto, a su vez, se traduce en efectos positivos y significativos sobre los índices de obesidad y la salud cardiovascular.
Conscientes de ello, la Real Academia de Gastronomía y su Asociación de Amigos, en colaboración con la Fundación Española de la Nutrición, han desarrollado sendos Proyectos de Alimentación, Nutrición y Gastronomía para Educación Infantil (PANGEI) y Primaria (PANGEP), donde han contado con la participación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa (CNIIE), la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y el apoyo del Banco Santander.
Enseñar a los niños a comer bien y a disfrutar con ello es un objetivo prioritario con visión de futuro. Se puede acceder de manera gratuita a todos los contenidos didácticos de PANGEI y PANGEP en en la web www.edugastro.es